martes, 7 de mayo de 2013

Tira del freno de mano


Los que nos dedicamos a este apasionante mundo del coaching, conocemos la importancia que tienen las creencias en nuestras vidas y en las de los demás. Estamos habituados a escuchar, con asiduidad, a nuestros clientes en las sesiones, cuánto les ha limitado mantener tal o cual pensamiento ante determinadas situaciones, pensamiento éste, que les impedía conseguir objetivos que se habían propuesto con anterioridad.

Mi reflexión de hoy viene al hilo de un artículo que leí en unas páginas de economía titulado: "Nos programan para ser infelices". Su autor, José Luis Montes, se plantea una creencia, tan extendida como fatua: "el éxito consiste en llegar a lo más alto y ganar mucho dinero". Parece ser que Montes circuló por esa autopista de la vida a gran velocidad, hasta que llegó al convencimiento, que quizás el éxito, está basado en otro tipo de factores que nada tienen que ver con la máxima anterior. 

Digo circuló por esa autopista, porque gran parte de nuestras vidas pasan así, circulando por carreteras vivenciales a gran velocidad, sin rumbo fijo y sin preguntarnos: ¿qué hago yo aquí?, ¿realmente éste es el camino que quiero recorrer?, ¿he elegido yo algo de lo que me está pasando?, ¿tengo claro que quiero llegar a esa meta?, ¿para qué recorro este camino?, etc.
La pregunta en coaching es vital y sin ella no hay coaching, no hay reflexión y no hay destino prefijado. En ocasiones las creencias nos llevan a pasar por la vida sin hacernos este tipo de preguntas y si tenemos suerte y aparece alguien que nos haga reflexionar... digo, si tenemos suerte... igual también tenemos tiempo para tirar del freno de mano y cambiar nuestro rumbo, nuestros objetivos, nuestra velocidad y hasta nuestras vidas.

Descubrir que hay aspectos más importantes que el lucro, la fama y la posición, es un ejercicio de madurez, de valentía y de humildad. Tomemos pues el volante y reconduzcámonos hacia el objetivo que verdaderamente deseamos.

La reflexión nos ayuda a perseguir nuestros sueños, a analizarlos y a desterrar todas aquellas creencias que nos limitan para alcanzarlos. Si no nos hacemos preguntas, otros tendrán las respuestas, pero nunca nunca serán las nuestras.

¿Vamos a desprogramarnos de la infelicidad y vamos a buscar con fe y ahínco lo que realmente queremos? Respondámonos.


Josecho Vizcay - Coaching360



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