domingo, 2 de junio de 2013

Alberto Fabra: ¿tener un coach o no tener un coach?, esa es la cuestión


¡Menuda polvareda se ha levantado con que si el Presidente de la Generalitat Valenciana, D. Alberto Fabra, tiene un coach!, ¡Qué si es un inútil, que si para qué lo necesita, que si ese servicio es innecesario, que si el presupuesto es elevado!

¿Cómo entender bien qué es “Coaching” y ver con claridad entre tanta polvareda? Quisiera desde estas líneas aportar un poco de luz sobre la labor que hacemos los coaches, en qué consiste nuestro trabajo y por qué es tan valiosa nuestra labor. Vayamos por partes aclaremos conceptos.

1.- Coach, Coaching y Coachee: El “Coach” es el profesional. La actividad que desarrolla es el “Coaching”. El cliente al que acompaña en los procesos, es el “Coachee”.

2.- Proceso de Coaching, Curso de Coaching y Coacher: Un “Proceso de coaching” es un periodo de acompañamiento, que hace un profesional –Coach-, a un cliente –Coachee-, para que este último desarrolle su talento y su potencial, y alcance un nivel de resultados determinados en lo profesional y/o en lo personal. Un “curso de coaching”, es una formación que puede variar de 30 a 250 horas docentes para capacitar a una persona y que pueda ejercer la profesión. Debe incluir teoría y práctica, con una cantidad de “horas de vuelo” imprescindibles, supervisadas y contrastadas sobre unos estándares de metodología y calidad. El que supera los estudios y demuestra en examen un correcto desempeño en situación real, obtiene una certificación como coach. Decir “tengo un coaching”, es incorrecto; decir “soy coacher”, es incorrecto. Tengo un Coach, es correcto; estoy haciendo un Proceso de Coaching, es correcto. Estoy haciendo un curso de coaching, es correcto y significa que esa persona se está preparando para desarrollar la actividad de forma profesional.

3.- ¿Qué hace un coach?: Acompaña a su cliente en el proceso de identificar modelos mentales y sistemas de creencias limitantes e improductivos. Actúa como catalizador para que su cliente desarrolle aquellos comportamientos, actitudes y nivel de desempeño que le impulsan a rendir por encima de lo que hasta ese momento ha sido habitual. Un coach, nunca da la respuesta, ni dice lo que hay que hacer, tampoco juzga, ni da la solución. Su labor es más valiosa cuanto mayor es el espectro de perspectivas y alternativas que le plantee a su coachee para que éste las sopese y desde la reflexión, tome la mejor decisión en relación a la responsabilidad que tenga o el tema que le ocupe. Un coach trabaja desde la más absoluta confidencialidad y debe cumplir el juramento de secreto profesional. El coach ofrece espacios de reflexión para que el coachee eleve su nivel de desempeño.

4.- ¿Quién contrata un coach? Suele ser el área de Recursos Humanos –desde sus unidades de formación o desarrollo del talento- los que realizan las contrataciones. En ocasiones son solicitadas desde las direcciones ejecutivas o las direcciones funcionales de las organizaciones. Es muy frecuente que los presupuestos de RRHH de las organizaciones contemplen partidas presupuestarias para ello. Cualquier profesional puede contratar a nivel particular los servicios de un coach para acometer objetivos del ámbito profesional o personal.

5.- ¿Para qué tener un coach? Para mejorar el desempeño profesional, para mejorar la vida personal, y en cualquier caso, para lograr elevados niveles de autoconfianza, automotivación y desempeño, tanto en comportamientos como en actitud. Igual que los deportistas de élite tienen un entrenador que les acompañan a rendir al máximo y obtener resultados en las competiciones, como hace Toni Nadal con su sobrino Rafael; de igual forma, un coach acompaña a un profesional a que éste logre el mayor nivel de desempeño posible dentro de sus capacidades para alcanzar los resultados y los objetivos esperados de su responsabilidad. Si Rafael Nadal es buen deportista y da el máximo de sí mismo es porque tiene un entrenador que le ayuda a superarse a sí mismo. De igual forma, cualquier ejecutivo de cualquier organización debe dar el máximo de sí mismo, superándose a sí mismo y ejerciendo un liderazgo que facilite que su equipo de lo mejor de sí mismo.

6.- ¿Por qué es tan valiosa la labor de los coaches? Porque facilitan que los profesionales sean más sólidos y equilibrados emocionalmente para tomar mejores decisiones, comunicándose mejor con sus compañeros/equipo y desplegando un estado de motivación y actitud que impulsa un espíritu de mejora permanente y la consecución de resultados. La labor del Coach contribuye a que sus clientes tomen en consideración sus propias capacidades y recursos internos que antes quedaban ignorados, y contribuyen a desarrollar unos niveles de comunicación interpersonal y liderazgo ejemplar que va más allá de lo que hasta ese momento, en esa persona/profesional, era habitual.

7.- ¿Qué valor aporta un proceso de coaching? Valga como ejemplo el estudio que realizó la consultora Manchester Inc., en relación al valor que aportan los procesos de coaching a los profesionales de empresa –perfectamente extensivo a otras actividades-, en el cual queda demostrado que hay dos niveles de impacto:
 - Impactos tangibles de negocio: la productividad mejora hasta un 57%, la calidad un 48%, la fortaleza organizacional un 48%, servicio al cliente un 39%, la reducción de quejas un 34%, la retención de equipos un 32%, la reducción de costes un 23%, etc…
- Impactos intangibles de negocio: las relaciones de trabajo mejoran hasta un 77%, la relación con los accionistas un 71%, el trabajo en equipo un 67%, la relación entre compañeros un 63%, la satisfacción con el trabajo desarrollado un 61%, la reducción del conflicto un 52% y el compromiso organizacional un 44%.

8.- ¿Qué duración y precio tiene un Proceso de Coaching? La duración mínima recomendada para alcanzar un objetivo puede oscilar entre cuatro y seis sesiones de entre una hora y hora y media de duración. Cualquier profesional puede tener un coach de por vida, siempre y cuando se eviten relaciones de dependencia. Suele ser habitual que las sesiones se lleven a cabo con una frecuencia quincenal o mensual.
El precio de un proceso de coaching dependerá del número de sesiones que se lleven a cabo y de la duración de este. Las tarifas de los procesos de coaching ejecutivo, pueden oscilar desde los 150€/sesión a los 500€/sesión. En ocasiones este máximo es superado para Presidentes y Directores Generales de primeras firmas o profesionales con elevados niveles de responsabilidad.

9.- ¿Quién cuenta con los servicios de un coach? Es muy habitual en las organizaciones que sean los primeros responsables y los que son identificados como profesionales con potencial los que cuenten con el acompañamiento de un coach. La mayoría de los ejecutivos de las empresas del IBEX 35 cuentan o han contado con uno. En otras muchas empresas, también es habitual que muchos profesionales cuenten con los servicios de un coach desde los presupuestos destinados al efecto. Si las organizaciones no tienen presupuesto, hay quien lo hace a nivel particular, pero entonces pierde sentido exigir al profesioinal que rinda para los intereses de la organización.

Conclusión: Da igual que se llame Alberto Fabra o Perico de los Palotes, lo importante es que cualquier persona debería buscar la manera de dar lo mejor de sí mismo en su desempeño profesional, igual que lo hace un deportista de élite en su especialidad. Ellos solicitan ayuda para alcanzar resultados y a los demás aún nos falta dar ese paso para dar el máximo de nosotros mismos. Un coach también tiene su propio coach.

Llegados a este punto, la pregunta que debemos hacernos es ¿en qué coste de "no-calidad" estamos incurriendo en nuestras organizaciones y desempeño profesional por negarnos a contar con el acompañamiento de un coach?, ¿en qué coste de "no-calidad" en el desempeño de sus funciones están incurriendo nuestros políticos por pensar que no lo necesitan?

¿Cuántos profesionales, famosos, políticos, artistas, empresarios o simples ciudadanos de a pié, comprometidos con ofrecer lo mejor de sí mismos, tienen un coach y son discretos al respecto?

Eso sí, para solicitar los servicios de un coach, sobre todo, hay que tener un mínimo de valentía, humildad y capacidad para descabalgarse del ego. Lo suficiente como para decir: "sé que puedo dar más de mi mismo y para ello necesito alguien que me acompañe en el proceso de lograrlo".


Borja Milans del Bosch
Socio Fundador de Coaching360

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el artículo, Borja. Suscribo todas tus aclaraciones ante errores frecuentes sobre el coaching. Son definiciones muy necesarias en estos tiempos de intrusismo, para seguir proporcionando a nuestros clientes la excelencia que se merecen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas Gracias, Elisa.
      Una actividad profesional tan apasionante como es esta, está siendo desvirtuada por personas que, desde su desconocimiento, y sin ánimo de dañar, acaban por generar más confusión.
      Creo que es deber de todos aportar claridad en cada momento y ocasión que lo requiera.
      Un abrazo.

      Eliminar